El Papa León XIV recibe el Anillo del Pescador: una ceremonia que marca el inicio de su pontificado
Anillo del Pescador del Papa León XIV

El Papa León XIV recibe el Anillo del Pescador: una ceremonia que marca el inicio de su pontificado

El pasado 18 de mayo de 2025 quedará grabado en el corazón de la Iglesia. Desde primera hora, los rayos del sol iluminaban la cúpula de San Pedro y la inmensa plaza comenzaba a llenarse de peregrinos venidos de todos los rincones del mundo. Algunos rezaban en silencio. Otros entonaban cantos suaves. Todos esperaban ese instante único: la entrega del Anillo del Pescador y la Entronización del Papa León XIV, el nuevo sucesor de San Pedro.

La ceremonia, solemne y cargada de una emoción contenida, no fue solo una tradición que se repite, sino el comienzo visible del pontificado de un hombre que promete pastorear con humildad, escucha y valentía a una Iglesia herida, pero viva.

La ceremonia del Papa León XIV: entre lágrimas, oración y alegría

El momento central de la liturgia fue íntimo y profundo. León XIV, cuyo nombre secular es Robert Francis Prevost, se encontraba ante el altar mayor de la Basílica de San Pedro. Allí, rodeado de cardenales, obispos y representantes de más de 150 países, recibió los símbolos que lo identifican como el nuevo pastor universal.

El cardenal Luis Antonio Tagle fue el encargado de colocarle el Anillo del Pescador. El gesto fue pausado, reverente. En ese instante, el nuevo pontífice alzó la vista unos segundos, visiblemente conmovido, como si sintiera el peso simbólico de toda la Iglesia sobre su mano. Luego, un silencio casi sagrado envolvió la plaza. Apenas se oía el murmullo del viento.

DURANTE LA ENTRONIZACION PAPA LEON XIV

¿Qué es el Anillo del Pescador y por qué es tan importante?

Quien lo ve de lejos podría pensar que es solo una joya. Pero para el corazón de la Iglesia, el Anillo del Pescador es un signo profundo. Su origen se remonta a siglos atrás, cuando los papas lo usaban para sellar documentos oficiales. Lleva grabada la imagen de San Pedro pescando, recordando la llamada de Cristo: «Te haré pescador de hombres» (Mt 4,19). Y cada anillo lleva también el nombre del Papa para quien fue forjado.

En esta ocasión, el anillo que recibió León XIV fue cuidadosamente diseñado en oro macizo, con una estética sobria, similar al estilo que eligió el Papa Francisco en 2013. Francisco rompió con la tradición de los anillos completamente dorados y optó por uno bañado en oro, más sencillo, en un gesto que muchos vieron como signo de cercanía a los pobres.

Siguiendo ese espíritu, el nuevo anillo de León XIV mantiene una belleza austera, pero no menos significativa. Es un anillo nuevo, como manda la tradición. El anterior, el del Papa Francisco, fue anulado ceremonialmente, para impedir su uso fraudulento, tal como se ha hecho desde el siglo XIII.

Los símbolos del nuevo Papa: más allá del anillo

Además del Anillo del Pescador, León XIV recibió otros tres signos que sellan su nueva misión:

El palio

Es una banda de lana blanca con seis cruces negras. Representa al Buen Pastor que carga sobre sus hombros a la oveja perdida. Se confecciona con lana de ovejas bendecidas en la fiesta de Santa Inés. Simboliza también la unidad del Papa con los arzobispos del mundo.

La férula papal

Es el báculo que sostiene el Papa en sus liturgias. No es el mismo que usan los obispos. El de León XIV tiene una cruz sencilla, sin adornos excesivos. Lo recibió con las dos manos, y lo sostuvo unos segundos apoyado en su pecho.

La mitra

Es el tocado litúrgico que porta sobre su cabeza. Su forma, que apunta hacia el cielo, recuerda la doble llamada del Papa: elevar al pueblo hacia Dios y recibir la sabiduría del Espíritu.

¿Qué pasa con el Anillo del Papa Francisco?

Siguiendo la tradición, el anillo del Papa Francisco fue simbólicamente invalidado. Ya no puede usarse para sellar documentos. En tiempos antiguos, se destruía con un martillo de plata. Hoy, ese gesto es más ceremonial, pero igual de fuerte. Se trata de mostrar que cada pontificado es único, irrepetible. Que el servicio de Pedro no es eterno en una persona, sino eterno en la Iglesia.

¿Y ahora qué?

Comienza una nueva etapa. Con un nuevo Papa. Con nuevos gestos, nuevos silencios, nuevos desafíos. León XIV no tiene la misión de rehacer el mundo, pero sí de recordarnos que Cristo sigue vivo, presente, actuando. A veces, en el estruendo de una misa multitudinaria. Otras, en la caricia invisible de un anillo sobre la mano de un hombre que tiembla al decir “sí”.

Un susurro de fe para cerrar

Que el Anillo del Pescador no sea para nosotros un objeto lejano. Que nos recuerde que también nosotros estamos llamados a ser pescadores de esperanza, constructores de paz, discípulos que no temen lanzar la red donde parece no haber nada.

Oremos por León XIV. Oremos por la Iglesia. Y no dejemos que el ruido del mundo apague la voz del Espíritu que, en cada nuevo Papa, sigue susurrando: “Apacienta mis ovejas” (Jn 21,17).

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